11 de enero de 2011

Familia y Tradición en "El amor brujo" y "El Abuelo"


Continuando con mis comentarios para la clase de Cine Hispano, les dejo lo que escribí sobre la importancia de la familia y tradición en los filmes "El Amor Brujo" de Carlos Saura y "El Abuelo" de José Luis Garci. Antes que nada, como comentario adicional, la primera película mencionada me pareció la mejor de la trilogía flamenca de Saura. Quizás porque se vive más la fantasía y los actores se dejan llevar por ella. Y de la segunda, qué puedo decir... pues solamente que El Abuelo es una de las mejores películas que he visto en mi vida. Me encanta la intensidad de la escena final al pie del acantilado.

En El Amor Brujo (1986), vemos como el matrimonio entre José y Candela es arreglado por sus padres cuando son todavía unos niños. En la época en que Manuel de Falla compuso este musical, todavía se daba la situación de matrimonios pactados por razones económicas o de amistad. Los hijos obedecían a los padres sin cuestionarlos y se atenían a las convencionalidades y tradiciones familiares.

Es por eso que aun estando enamorado de otra mujer, José se vio obligado a seguir adelante con su casamiento arreglado. A Candela en cambio ni siquiera se le hubiera ocurrido mirar a otro hombre. Ella sabía desde niña que el destino determinado por su padre era el de casarse con José, así es que eso era lo que debía hacer, sin pensar en otras alternativas.

Ya estando casados, José tuvo otros amoríos, especialmente con Lucía, la mujer que tuvo que dejar por cumplir con el casamiento arreglado por su familia. Esta situación causaba sufrimiento a Candela pero no podía hacer nada porque el rol de la mujer en esa época era el de obedecer y respetar a los hombres, tanto al padre como al marido.

Luego de que José muere, Candela debe guardar luto por tiempo indefinido. Lo que vemos en la película sobre las apariciones de José podría ser un simbolismo sobre la tradición de guardar luto, la cual afectaba sobre todo a las mujeres. Hay una escena en la que Candela le dice a Carmelo: “Él me llama y yo no quiero ir, pero es más fuerte que yo”. Esa fuerza superior se podría interpretar como la fuerza de las tradiciones familiares.

Las palabras de Candela también podrían hacer referencia a la importancia de las apariencias sociales. En la escena donde una mujer del pueblo lanza una mirada de reprobación a Candela por estar hablando con Carmelo en el medio de la calle, vemos como Candela sentía la presión social de respetar la memoria de su marido.

En una página Web donde se explica la forma de vida de España en otros tiempos a través de una crítica literaria leí lo siguiente: “El conocimiento de la vida ajena es materia de intercambio social en un medio en que la fuente primordial de información son los otros y en el que la valoración social está muy vinculada a la percepción que los demás tienen de la vida pública y privada del individuo. Esta actitud vigilante de los otros y el consecuente temor a ser objeto de curiosidad malsana y murmuración está presente por doquier” (Proyecto Aula Literatura). Candela vivía entonces con el temor de ser repudiada por las personas del pueblo si se atrevía a romper con las convencionalidades sociales.

En El Abuelo (1998), podemos ver la importancia del honor para la familia. El protagonista de la historia, Don Rodrigo, realiza un viaje extremadamente largo y difícil para la época con el único propósito de limpiar el nombre de su familia. El quiere conocer quién es su verdadera nieta, ya que está enterado que una de las niñas es producto de la infidelidad de su nuera. Siente que al conocer la verdad, podrá redimir de alguna manera el buen nombre y alcurnia de su apellido.

Al margen del argumento principal encontramos a Pío, el tutor de las niñas, quien sufre humillaciones a mano de sus hijas pero es incapaz de sacarlas de su casa. Prefiere la alternativa del suicidio antes que despojar a sus propias hijas.

Regresando al tema principal, en esta historia “el conflicto entre el honor y el amor constituye el eje temático de la obra” (De Gregorio, 2008). Se puede identificar este conflicto en dos instancias específicas. La primera es cuando la Condesa le confiesa a Don Rodrigo su lucha contra el amor que sentía por otro hombre para cumplir su rol de buena esposa y mantenerse al lado de su hijo, pero como al final la pasión pudo más. Don Rodrigo no se doblega ante este gesto y hay una escena donde él dice que “la familia es un fundamento bendito que el hombre debe respetar”. Es decir que para él, lo que debe primar ante todo es mantener el honor de la familia.

La segunda situación se da cuando Don Rodrigo se entera de que Dolly no es su nieta y tiene que decidir entre su gran cariño por ella y el honor. Esta vez, sin embargo, el amor de la niña y el grandioso gesto que tiene al quedarse a su lado, al igual que las inocentes pero sabias palabras de Pío sobre lo poco que vale el honor lo hacen reflexionar y recapacitar. Deja a un lado su rol de defensor del honor de su apellido y acepta con humildad y amor ser el abuelo de Dolly.


Referencias

De Gregorio, A. (2008). Senén de El Abuelo de Galdós: Funciones y valores de un personaje desvalorizado. Espéculo. Revista de estudios literarios. http://www.ucm.es/info/especulo/numero39/gaabuelo.html

Proyecto Aula Literatura. Novelas. http://www.lenguayliteratura.org/ltr/index.php?option=com_content&view=article&id=152:entre-visillos&catid=102&Itemid=100005

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